Como ya he contado, muy recientemente he estado indagando un poco más sobre lo que hay detrás de el denominado Fast Fashion y en el post "Primeros pasos hacia la sostenible" os cuento varias alternativas a él.
Por lo que en este os haré un pequeño resumen del por qué, poco a poco, he decidido pasarme a la moda sostenible.
Para empezar quiero que incluyáis en vuestro vocabulario los denominados sweatshops, traducido sería algo así como "tienda agotadora" y que en realidad son fabricas en países subdesarrollados donde se fabrica un poco de todo, textil, calzados, juguetes... Estos mismo productos son venidos en los países desarrollados a precios bajos. Como podéis intuir se venden a precios baratos ya que en este tipo de talleres se violan las leyes laborales, se trabaja más tiempo del razonable e incluso trabajan niños.
Dicho esto lo siguiente que os voy a presentar es a Sweatshops, Moda barata de la muerte, un reality show noruego que se estreno en septiembre de 2014 (si si hace ya bastante) y donde dan a conocer a tres jóvenes noruegos, a los que les encanta la moda, todo lo que hay detrás de su producción.
El reality, llevado a cabo por una ONG noruega llamada Fremtiden i vare henner (El futuro en nuestras manos), y en el que nos muestra a estos tres jóvenes en su viaje a Camboya para descubrir donde y cómo fabrican uno de sus gran des intereses: La moda.
Un serie de cinco capítulos donde nos llevaran tras el "pequeño" descubrimiento de estos jóvenes sobre un mundo que no creían que existiera.
El reality empieza presentándonos a tres jóvenes noruegos: Frida, Ludvig y Anniken, quienes se consideran "fashion victimis" y admiten tener ropa en sus armarios que quizás no se hayan puesto en la vida, algo que quizás nos suene bastante...
Empieza el show con los jóvenes llegando a Camboya, conociendo la ciudad y conociéndose entre ellos, todo son risas y buen rollo, hasta que conocen a Sotky, una trabajadora de la industria textil de 25 años de edad viviendo en, no se si menos, de 20 m2 y cobrando por trabajar 7 días a la semana (13 horas diarias excepto los domingo, como dice ella, que solo se hace 8 horas) 130$/mes. Las sorpresa para estos jóvenes no terminan, ya que al irse de compras con la misma muchacha, para ella los precios, de esas, ropa que ella posiblemente haya fabricado, son altos y además nos hace una revelación inimaginable en la vida de este grupo de jóvenes: solo se compra ropa una o dos veces al año!!!
Y cómo he dicho, las risas y el buen rollo ahí se acabó...empiezan a vivir y a descubrir la vida de aquellos pobre trabajadores de la industria textil, unos trabajadores que se alejan de todo lo "cool" que el "fast fashion" nos enseña en sus promociones o que la propia industria de la moda nos enseña, o mejor dicho nos quiere enseñar, de la misma.
Os invito a que valoréis vosotros mismo el panorama, viendo Sweatshops, Moda barata de la muerte.
por último os dejare algo para que reflexionéis. Un día alguien cercano me dijo que aunque la vida de esas personas sea "mala" el que esas industrias estén allí por lo menos les proporciona trabajo, algo con lo que de lo contrario no contaría. y yo me pregunto ¿Estamos intentando justificarnos como si fuera esa frase nuestra morfina? ¿es lícito que esas personas mantengan esos puestos de trabajo, aunque ello signifique esclavizarse de por vida? ¿estamos programados para pensar que si no son esas industrias, serán otras? o aun peor ¿no será ninguna? ¿tan seguros estamos que no se pueden hacer las cosas de otra forma que justificamos a las multinacionales con frases como "podrían estar peor"?
Y vosotros que pensáis?
Diana.
Un serie de cinco capítulos donde nos llevaran tras el "pequeño" descubrimiento de estos jóvenes sobre un mundo que no creían que existiera.
El reality empieza presentándonos a tres jóvenes noruegos: Frida, Ludvig y Anniken, quienes se consideran "fashion victimis" y admiten tener ropa en sus armarios que quizás no se hayan puesto en la vida, algo que quizás nos suene bastante...
Empieza el show con los jóvenes llegando a Camboya, conociendo la ciudad y conociéndose entre ellos, todo son risas y buen rollo, hasta que conocen a Sotky, una trabajadora de la industria textil de 25 años de edad viviendo en, no se si menos, de 20 m2 y cobrando por trabajar 7 días a la semana (13 horas diarias excepto los domingo, como dice ella, que solo se hace 8 horas) 130$/mes. Las sorpresa para estos jóvenes no terminan, ya que al irse de compras con la misma muchacha, para ella los precios, de esas, ropa que ella posiblemente haya fabricado, son altos y además nos hace una revelación inimaginable en la vida de este grupo de jóvenes: solo se compra ropa una o dos veces al año!!!
Y cómo he dicho, las risas y el buen rollo ahí se acabó...empiezan a vivir y a descubrir la vida de aquellos pobre trabajadores de la industria textil, unos trabajadores que se alejan de todo lo "cool" que el "fast fashion" nos enseña en sus promociones o que la propia industria de la moda nos enseña, o mejor dicho nos quiere enseñar, de la misma.
Os invito a que valoréis vosotros mismo el panorama, viendo Sweatshops, Moda barata de la muerte.
por último os dejare algo para que reflexionéis. Un día alguien cercano me dijo que aunque la vida de esas personas sea "mala" el que esas industrias estén allí por lo menos les proporciona trabajo, algo con lo que de lo contrario no contaría. y yo me pregunto ¿Estamos intentando justificarnos como si fuera esa frase nuestra morfina? ¿es lícito que esas personas mantengan esos puestos de trabajo, aunque ello signifique esclavizarse de por vida? ¿estamos programados para pensar que si no son esas industrias, serán otras? o aun peor ¿no será ninguna? ¿tan seguros estamos que no se pueden hacer las cosas de otra forma que justificamos a las multinacionales con frases como "podrían estar peor"?
Y vosotros que pensáis?
Diana.
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